Un plan de contingencia es un conjunto de procedimientos alternativos a la operatividad normal de cada institución. Todas las instituciones deberían contar con un plan de contingencia actualizado, valiosa herramienta en general basada en un análisis de riesgo.
Permitirá ejecutar un conjunto de normas, procedimientos y acciones básicas de respuesta que se debería tomar para afrontar de manera oportuna, adecuada y efectiva, ante la eventualidad de incidentes, accidentes y/o estados de emergencias que pudieran ocurrir tanto en las instalaciones como fuera de ella, por ejemplo el secuestro de un funcionario.
Los objetivos del plan de contingencia
Los objetivos del plan de contingencia son el de planificar y describir la capacidad para respuestas rápidas, requerida para el control de emergencias. Paralelo al plan se debe identificar los distintos tipos de riesgos que potencialmente podrían ocurrir e incorporar una estrategia de respuesta para cada uno, con algunos objetivos específicos:
1.- Establecer un procedimiento formal y por escrito que indique las acciones a seguir frente a determinados riesgos.
2.- Optimizar el uso de recursos humanos y materiales
3.- Un control adecuado para cumplir con las normas y procedimientos establecidos.
Los planes de contingencia son necesarios en todo sistema y no podría dejarse de lado en el tema de seguridad.
Las etapas de un plan de contingencia podríamos dividirlas en cinco etapas.
1.- Evaluación
2.- Planificación
3.- Pruebas de viabilidad
4.- Ejecución
5.- Recuperación
Las tres primeras etapas hacen referencia al componente preventivo y las ultimas a la ejecución del plan una vez ocurrido el siniestro.
Queda claro que lo único que permite que una institución, empresa o persona pueda reaccionar de manera adecuada ante una crisis de seguridad, es mediante la elaboración, prueba y mantenimiento de un plan de contingencia.
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