Fuente: elsiglo.com.ve
Un equipo de científicos de Harvard estudió los efectos adversos del smartphone y concluyó que su uso continuado puede tener un impacto negativo en la salud, especialmente por la postura de los usuarios. El gesto de mirar hacia abajo equivale a añadir una carga de 27 kilos al cuello. Pero, ¿y si convertimos nuestra piel en una pantalla?
La piel electrónica (e-skin) podría hacerse realidad muy pronto. Los investigadores ya están experimentando con circuitos electrónicos tan flexibles que incluso se pueden instalar directamente sobre la piel humana. De esta forma, podríamos contar con pantallas táctiles en nuestros brazos
E-skin cuenta con una matriz con diferentes componentes electrónicos (transistores, LEDs, sensores, células fotovoltaicas…) que se conectan entre sí con cables flexibles. Estos dispositivos se construyen normalmente sobre una base elástica y mediante capas muy finas de materiales superpuestos.
Otro reto de la e-skin es integrarse en el cuerpo humano sin causar problemas médicos y sin interferir en el sistema nervioso. Los materiales orgánicos a base de carbono son menos propensos a ser rechazados por el organismo, pero este tipo de partículas pasan fácilmente a través de las células y esto conduce a inflamaciones, respuestas inmunológicas severas e incluso tumores.
No obstante, la ciencia ya ha conseguido enlazar componentes electrónicos al sistema nervioso con éxito. Investigadores de la Universidad de Osaka, en Japón, están desarrollando transistores para el cerebro que podrán activarse con el pensamiento. La dificultad está en que el carácter invasivo de esta tecnología podría desencadenar otro tipo de problemas en humanos. En cualquier caso, parece que el futuro pasa por integrar la tecnología en nuestro propio cuerpo.